sábado, 10 de diciembre de 2011

TAO...

Sin haberlo olvidado, permanecía dormido, como si de un antiguo recuerdo se tratara. Fueron seguramente los paseos por el bosque, el contacto con esa única realidad cierta; entre hojas secas y musgos, entre ramas muertas repletas de vida y claros iluminados por esa mágica luz filtrada... Fue el olor a humedad, a plantas aromáticas, fueron los trinos de los pájaros.Todo era sensación, percepción, un eterno sentimiento que provenía de la niñez.


Todo lo que podemos percibir es Tao,
todo que no percibimos es Tao...
Porque el Tao se encuentra en todo,
pero no está en ningún lugar...

El bosque siempre es bosque, aunque viva completamente traicionado por la inconsciencia humana. Siempe existe un rincón donde se funden las percepciones y todo se convierte en Uno; Tao...

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