Un vacío intenso ocupa la estancia.
Tu ausencia, como malvada amante, me abraza y absorbe.
Providencia olvidada que me olvida.
Malditas conjuras del destino, que desunen lo honesto,
y eternizan el desconsuelo.
Bendito el día que te conocí.
Benditos tiempo y espacio, rebosantes de tu existencia.
A.S.P. 2009
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