viernes, 26 de noviembre de 2010

ARTE NATURAL


Muchas veces me quedo fascinado ante las formas que tienen algunos troncos o raíces que tengo dispuestos al lado de la chimenea y cuyo fin va a ser el de producir calor. Muchas veces me da pena deshacerme de ellos, incluso los guardo en espera de hacer alguna cosa con ellos. Este es el caso de un trocito de tronco que encontré en el bosque y que parecía estar quemado, me recordó a lo de las vírgenes negras encontradas por pastores. La madera es para mi objeto de culto, la venero como a algo sagrado o mágico...
Este pedazo de rama o troquito, estuvo a punto de ser sacrificado en la hoguera, pero se me ocurrió que podía darle una nueva vida, convertirlo en una pequeña escultura moldeada por la mano de la madre tierra... cada curva cada rincón, sus formas, las agresiones de los insectos, componen un "todo". La miro y la admiro una y otra vez y pienso que el hombre es incapaz de crear nada semejante...










En un principio lijé un poco su superficie, pero vi que esa capa negra estaba bastante filtrada hacia el interior. Se me ocurrió darle un baño con agua caliente y sosa caústica, y con algunos objetos con filo irle raspando suavemente esa capa de "negra suciedad".
Acompañado de música de Pentagle, John Rebourn y algunos folks británicos, solamente me llevó como una hora y pico quitarle ese vestido negro. Al día siguiente, la suavicé con lija a modo de erosión, le di una mano de aceite de linaza y dejé secar, luego un par de manos de tapaporos. Mientras se secaba, le construí una base sobre la que iría colocada.
Y bajo estas lineas, la obra terminada, más bien la restauración diría yo, ya que poco de mi mano hay en ello, es más bien una puesta a punto, una "limpieza"...

No hay comentarios:

Publicar un comentario